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Diccionario básico del opositor: 6 conceptos que debes conocer

No hay duda, los opositores son vistos como “bichos raros” por el común de los mortales, mientras entre ellos practican una especie de sentimiento de pertenencia a una comunidad especial. No es broma, tanto es así que tienen hasta una especie de lenguaje propio que no entienden fácilmente el resto. Existe algo así como un diccionario básico del opositor, con una serie de conceptos básicos que debes conocer para sentirte plenamente integrado.

Conceptos básicos en una oposición


¿Te ha parecido un planteamiento exagerado? Eso es que acabas de llegar a esto del mundo de las oposiciones o que no tienes a nadie que las esté preparando en tu entorno cercano. ¡Seguro que cambias de opinión a poco que avances en esta lectura!.

La jerga del opositor: los 6 términos más importantes

Probablemente, se te ha despertado la alarma después de ver la cara de intriga de tu mejor amigo o de tu madre tras oírte hablar por teléfono con ese compañero de oposición. Sí, la misma de ese emoticono de asombro que a todos nos viene a la cabeza. No entendían nada de lo que te oían decir.

Este breve diccionario recoge los principales términos y el peculiar significado que les dan los opositores. ¡Ojo!, no estamos refiriéndonos a tecnicismos o conceptos oficiales, sino a las expresiones coloquiales que usan los aspirantes a funcionarios entre ellos y que no se sabe muy bien su origen:

1) Firmar la oposición

Si estás pensando que al decir esto un opositor se refiere al acto físico de dejar su rúbrica personal en el examen o algo así, no vas por buen camino. Aunque ese sería su significado textual, quienes se presentan a una convocatoria de Empleo Público usan esa expresión para indicar que han presentado la instancia para presentarse a una oposición. Se restringe su acepción, como ves, a un acto muy concreto.

2) Dar vueltas al temario

La primera idea que se viene a la cabeza ante esta frase es que alguien está pensando o analizando sobre algún aspecto del contenido que tiene que estudiar para la oposición. Y, no. La técnica que usan la mayoría de los aspirantes para repasar el temario de la oposición el es hacer un primera aproximación a todo el temario (primera vuelta) y continuar con sucesivos repasos (vueltas). Es decir, cuando se ha dado la cuarta vuelta es que se ha acabado el cuarto repaso completo de los temas de nuestra convocatoria. Se puede aplicar al contenido general o al concreto de una parte (he dado la segunda vuelta al ordenamiento jurídico).

3) Cantar

No, no se trata de que los opositores se pongan a tararear canciones como parte de su estrategia de relajación. Lo que “cantan” son los temas que tienen que preparar para sus exámenes orales. La preparación de estos ejercicios pasa por exponerlos en voz alta, tanto ellos solos como delante de sus tutores. En estas sesiones de canto se comprueba, además del dominio el contenido, que se maneja el tiempo del que va a disponer y otros aspectos como la entonación, el ritmo e incluso el control gestual. Desde luego, son esenciales para superar determinadas convocatorias.

4) Hacer pasillo

Sí, es tan inquietante como suena. Porque describe ese momento de tensión, que puede durar horas, que pasa un opositor esperando su turno para hacer su exposición oral delante del Tribunal. Se trata de uno de los momentos del día del examen de la oposición que más nervios e incertidumbre suscita entre los aspirantes.

5) Bolas

Por poco que sepas del funcionamiento de unas oposiciones, seguro que has oído que los temas se sortean escogiendo unas bolas al azar. Lo curioso es que, en la mayoría de las ocasiones lo que se elige son unas fichas.

6) Preparador

No es difícil intuir que alude a las personas que ayudan a los opositores a estudiar. Es significativo que se use el término de "preparadores" y no el de profesores, como se hace en otro tipo de formaciones.

Hay más términos que se podrían añadir a un diccionario básico del opositor, pero estos 6 conceptos que debes conocer son, sin duda, lo más significativos.

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Las claves para decidir si debes presentarte a unas oposiciones

No todo el mundo está preparado para afrontar unas oposiciones. No se trata de ser excluyentes, ni de defender una especie de casta de superdotados. Sencillamente, es mejor poner las cartas boca arriba y definir el campo de juego. ¿Qué condiciones y características son necesarias para superar unas oposiciones? Aquí dejamos algunas de las claves para decidir si debes presentarte a una convocatoria de oposiciones. ¡Sigue leyendo!

Decidir estudiar una oposición


El principal enemigo de un opositor es el abandono. La sensación de frustración y pérdida de tiempo que supone dejar de estudiar una oposición es mayor que la que provoca el suspenso en una convocatoria. Una situación se evita cuando tenemos claro que contamos con argumentos para seguir adelante hasta alcanzar nuestro objetivo. Porque, ¡no todo se puede dejar en manos de las ganas y la ilusión!

Cómo decidir si presentarte a una convocatoria de oposiciones

No nos cargamos la importancia que tiene la voluntad y el estado anímico en la “carrera” de un opositor. Lo que sucede es que no conocemos a muchos que reconozcan que dejaron de preparar las oposiciones por un bajón de ánimo y sí muchos que hablan de falta de tiempo. La explicación está en encontrar esas claves determinantes para estudiar unas oposiciones y no desistir en ningún momento.

Vete consultando fechas de convocatorias y rellenando la inscripción en las oposicones si te sientes en condiciones de cumplir estas condiciones:

1) Tomar una decisión absolutamente personal, pero de verdad

Esto es, no habrá ningún condicionante exterior a ti que te influya a la hora de apostar por preparar una oposición. Así serás el único responsable de tu esfuerzo y de sus resultados. Pero, lo mejor de todo es que te permitirá no tener que rendirle cuentas a nadie. La presión del entorno es un factor que contribuye al fracaso de muchos candidatos, por eso te recomendamos que te libres de sentirla.

2) Ser consciente de tu situación personal

Que no te dejes influir por las opiniones de los demás no quiere decir que vayas a estar aislado en una celda de cristal durante el tiempo que dure la preparación de las oposiciones. Los compromisos familiares, laborales y personales pueden entrar en conflicto con el distanciamiento que va implícito en el estudio de unas oposiciones. Medita y valora cómo se van a ver afectadas estas parcelas, cómo puedes compaginarlas y qué apoyo vas a recibir de tu entorno. Analiza con sinceridad qué grado de deterioro o renuncia puedes aceptar sin que te afecte demasiado. Porque lo que está claro es que, una vez metido en materia, no es cosa de perderte en discusiones personales o estar constantemente justificando tus prioridades.

3) Tener seguridad en ti mismo

Esta obviedad es una de las claves más determinantes. Durante meses o años, el tiempo que dure tu preparación, coincidirás con profesores, con compañeros, leerás las opiniones de expertos… Todo ello, unido a tu propio estado de ánimo, a momentos de ansiedad y de euforia. Aunque es imposible que no te afecte, por encima de cualquier otro pensamiento debes mantener la confianza en tus capacidades y motivación en tus estudios. Que nada ni nadie te haga dudar de que puedes conseguirlo. Recuerda siempre que sabes lo que quieres, que lo que haces no es un capricho y que estás trabajando duramente para llegar a tu meta.

4) Ser capaz de mantener tu criterio

El universo de las oposiciones es un terreno muy propicio para que surjan rumores de todo tipo. Tienes que ser capaz de no dejarte arrastrar por lo que digan. Una de las mejores herramientas con las que puedes contar es acostumbrarte a recurrir a fuentes de información fiables. Lo mejor es consultar las oficiales para confirmar cualquier detalle de la oposición.

Las claves para decidir si debes presentarte a una convocatoria de oposiciones son, como ves, consecuencia de aplicar el sentido común. Eso, mucho esfuerzo y algo de paciencia te conducirán al éxito.

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Estos son los méritos que puntúan en las oposiciones de Archivos y Bibliotecas

Son muchas las convocatorias que no acaban en la tradicional fase de oposición que todos tenemos en mente. Una vez superadas las distintas pruebas, orales o escritas, los candidatos que las han superado deben enfrentarse en la fase de concurso. Dependiendo del tipo de plaza, se valoran unos u otros elementos, como sucede por ejemplo, en las oposiciones de Archivos y Bibliotecas. En esta ocasión, descubrimos cuáles son los méritos que puntúan en las oposiciones de Archivos y Bibliotecas. ¡Sigue leyendo!

Oposiciones de Archivos y Bibliotecas


Es importante, más que eso, esencial que conozcas de antemano estos baremos y cómo puntúan. No es cosa de que todo tu esfuerzo en la preparación de las oposiciones se vaya al traste por un mal cálculo de tus posibilidades en la fase de concurso. Recuerda que para que el Tribunal califique tus méritos en las oposiciones debes acreditarlos. Por tanto, revisa bien que cuentas con la documentación los examinadores van a poder tener en cuenta según figura en las bases.

Méritos puntuables en las oposiciones de Archivos y Bibliotecas

Lo común que tienen todos los concursos de una oposición es que es la administración convocante la que determina de forma discrecional no sólo los méritos que tiene que acreditar el candidato, sino también el sistema de calificación, incluyendo la puntuación mínima que se va a exigir. Y es que, lo razonable es que estas exigencias se decidan teniendo en cuenta las funciones y responsabilidades de cada puesto.

En el caso específico de las oposiciones a Archivos y Bibliotecas, los méritos que se suelen demandar son de naturaleza muy variada, lo que dificulta hacer un resumen general de ellos. Pero, básicamente estos serían los más comunes:

  • Méritos de Titulación. Se trata de uno de los requisitos básicos para opositar. Hay que demostrar que, en la fecha en la que haya que presentarlo, se está en posesión del título académico que se consideraba requisito para poder presentarse a la oposición.
  • Méritos de Formación Complementaria. Se incluyen la realización de prácticas, tutorías, colaboraciones o asistencia a jornadas. Otra variante que se admite en este apartado son los cursos o actividades formativas impartidos por el aspirante. Y, específicamente, las competencias en tecnologías de información y comunicación, como cursos de reciclaje o perfeccionamiento directamente ligados al puesto al que se opta.
  • Méritos de Formación. Lo más normal es que se tengan en cuenta aquellos cursos con un contenido relacionado con la plaza. Es importante, eso sí, tener en cuenta que estén impartidos u homologados por las universidades españolas (cursos CITA), asociaciones o colegios profesionales (SEDIC), organizaciones sindicales o privadas siempre que cuenten con homologación de una administración pública. También, los convocados por FUNDAE e INAP.
  • Méritos de Experiencia Profesional. Aquí se trata de poner en valor el desempeño del candidato en trabajos con funciones o responsabilidades similares a las que se van a desarrollar. Por eso, se pueden aportar tanto los servicios prestados en cualquier administración pública o universidad como en una entidad privada. Además, la experiencia como autónomo o profesional libre. Y, por supuesto, el tiempo trabajando en una plaza similar como interino o personal laboral.
  • Otros méritos. Suele incorporarse un apartado en el que tengan cabida otras conocimientos o capacitaciones de carácter más general: idiomas (sobre todo las lenguas de las Comunidades Autónomas o de los países de la UE), los permisos de conducir, haber superado la fase de oposición de procesos de selección convocados para esa misma plaza con anterioridad o pruebas y ejercicios de la misma. Es habitual que puntúe la participación en programas de mejora de la gestión de actividades relacionadas con el organismo que convoca estas oposiciones.

En todo caso, te recordamos que debes confirmar con tiempo suficiente que estos son los méritos que puntúan en las oposiciones de Archivos y Bibliotecas a la que te presentas.

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¿Has estudiado Psicología? 3 oposiciones interesantes para psicólogos

No pocas veces somos nosotros mismos quienes limitamos nuestras salidas profesionales, en la mayoría de las ocasiones por ignorancia. El empleo público es un claro ejemplo, porque lo identificamos automáticamente con carreras como Derecho o AD, con trabajos de carácter administrativo. Queremos sorprenderte una vez más. ¿Has estudiado Psicología? 3 oposiciones interesantes para psicólogos con las que abrir tu visión del mundo del funcionariado.

Oposiciones para psicologías


La intención es que no te conformes con guardar tu título en un cajón o salir con él bajo el brazo para dirigirte exclusivamente a los despachos y clínicas privadas en busca de una salida profesional acorde a tu preparación. Lo cierto es que la cantidad de psicólogos que preparan oposiciones no es pequeña… ¡y la tendencia es de crecimiento!

¿A qué oposiciones de Psicología te puedes presentar?

Como en otras ocasiones, está claro que un titulado en Psicología puede presentarse a cualquier oposición del Grupo A, que no exija otros requisitos específicos. Y, obviamente, a las de categorías inferiores que exigen niveles académicos menores. Pero, ¿qué hacemos con la vocación si nos enfocamos a puestos laborales que nada tienen que ver? ¿Es posible aunar nuestras preferencia con una plaza pública?

Hemos seleccionados estas tres opciones como una excelente respuesta a tus aspiraciones como psicólogo:

  1. Exámenes de Psicólogo Interino Residente (PIR). Es el equivalente al conocido MIR de los licenciados en Medicina. A parte del requisito de la titulación, sólo hay que cumplir con los que se fijan en materia de nacionalidad. Sí, sabemos que no se corresponden con unas oposiciones en su sentido estricto. Pero es probablemente la vía que más psicólogos eligen para incorporarse al Servicio Sanitario Público. Y, lo que es indiscutible es que se trata de un examen cuyo formato es calcado al típico de unas oposiciones. Quienes superan esta dura prueba, van a dedicar sus próximos 4 años a rotar en los distintos departamentos y dispositivos en los que se trabaja la salud mental en el sistema público.
  2. Oposiciones a Psicólogo de la Administración Pública. Las más numerosas en cuanto a las plazas convocadas y las más regulares, pues salen plazas todos los años. Son procesos selectivos para cubrir puestos de psicólogos en cualquier institución financiada con fondos públicos en la que se requieran este tipo de profesionales. Para que te hagas una idea, en este grupo de oposiciones entrarían desde las plazas a psicólogo forense, dependientes del Ministerio de Justicia, a las de orientador o psicólogo escolar. También, los que trabajan destinados en las instituciones penitenciarias o los dedicados a Servicios Sociales, en cualquier nivel de la Administración (estatal, autonómico o local).
  3. Oposiciones a Psicólogo Militar. Esta es la opción menos conocida, sin lugar a duda. Una de las cuestiones más interesantes de estas plazas es que estos profesionales tienen unas funciones muy transversales, que tienen competencias para intervenir en cualquier ámbito del Ejército. Ponemos algunos ejemplos: en los campos forense y pericial, en el formativo, en el propiamente hospitalario, como psicólogos sociales que trabajan con grupos concretos, en la preparación de las operativas o en Recursos Humanos.

Por supuesto, para prepararte las oposiciones para Psicología Militar, es preferible que tengas cierta afinidad con los valores y principios de un estamento tan jerarquizado. Y, algo que es exclusivo de estas oposiciones a Psicólogo es que hay unas exigencias mayores para poder presentarse a ellas. Por ejemplo, no se puede haber dado positivo en controles de drogas o tener tatuajes que atenten contra la imagen de las Fuerzas Armadas. Finalmente, y al igual que sucede en el caso de las pruebas de acceso para ser militar, recordarte que hay unos mínimos de altura y condiciones físicas que son imprescindibles para superar estas oposiciones.

Si has estudiado Psicología, estas 3 oposiciones interesantes para psicólogos son alternativas profesionales que despertarán tu interés. ¿Por qué no intentarlo?

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5 tips para combatir la fatiga visual al estudiar

La fatiga y el cansancio después de una jornada de estudio no se limitan a tu mente. Cada parte de tu cuerpo sufre un tipo de presión distinta, producto de las posturas, el esfuerzo y la tensión interna. Prevenir y tratar cualquiera de estas molestias es importante. Pero, aún más las que se focalizan en órganos esenciales como los ojos. Pon en práctica estos 5 tips para combatir la fatiga visual al estudiar y notarás una mejora.

Evitar la fatiga visual al estudiar


La fatiga ocular no es una enfermedad como tal. Es un conjunto de molestias que se manifiestan tras someter a los ojos a un esfuerzo excesivo o hacerlos trabajar en condiciones poco apropiadas y son más evidentes si esas agresiones son continuadas en el tiempo. ¡Vamos, el día a día de un estudiante que no levanta la cabeza de apuntes, libros y pantallas!

Consejos para evitar la fatiga ocular durante el estudio diario

Identificarás fácilmente la fatiga visual porque sus síntomas son muy evidentes: ojos secos e irritados, sensibilidad excesiva ante los cambios de luz, los típicos ojos rojos, dolor de cabeza, no tan frecuente y episodios de visión borrosa.

En cualquier caso, ya ves que no se trata de manifestaciones de gravedad pero sí que te pueden incomodar mucho. Por supuesto, lo mejor es que acudas al oftalmólogo ante los primeros síntomas. Mientras, te ayudará poner en práctica estos 5 tips para evitar los ojos cansados:

  1. Luz natural vs luz artificial. Distribuye tu jornada teniendo en cuenta la iluminación de tu lugar de estudio y la fuente luminosa que puedes usar. Aprovecha las horas de luz natural para las tareas que implican mayor esfuerzo de tu vista (leer, redactar, hacer esquemas…). Cuando tengas que darle al interruptor, ponte con los repasos en voz alta, la organización de tus apuntes y asuntos en los que tus ojos estén menos forzados. Es especialmente dañina la luz de los fluorescentes, no elijas una habitación con ella para instalar tu espacio de trabajo.
  2. El tamaño de la letra sí importa. Puedes tener la tentación de usar cuerpos de letra más pequeños para reducir el volumen de documentos con los que trabajas y que te parezca que hay menos contenido que estudiar. ¡Mala idea! El esfuerzo al que vas a someter a tus ojos hará que te cueste más concentrarte y, por tanto, que tengas que dedicarle más tiempo a la lectura y se ralentice todo el proceso. Elige un tamaño con el que te sientas cómodo, igual que un tipo de letra sencillo que no dé pie a la confusión.
  3. El uso de pantallas. Está claro que hoy en día no hay opositor que no realice gran parte de su estudio usando ordenadores y otros dispositivos similares. El uso de pantallas no es el mejor aliado de tus ojos. Para paliar los daños que provoca, toma estas medidas: ubícala en un ángulo de unos 45 cm sobre la altura de los ojos, frente a ti, sin elementos que puedan reflejarse en ella, evita brillos producidos por luces indirectas y no hagas sesiones de trabajo de más de dos horas seguidas usándola. Puedes, como complemento, poner un filtro. ¡Nunca trabajes a oscuras con una pantalla!
  4. La regla de los 20. Intenta adoptar esta pauta de trabajo: levanta la vista del papel o pantalla cada 20 minutos, durante 20 segundo y fijando la mirada en un objeto que esté a unos 20 pies (unos 6 metros). También, cierra completamente los ojos durante 20 segundos.
  5. Alimentación y ejercicio. El mejor deporte para tus ojos es el parpadeo, porque mediante este sencillo gesto los humedeces y relajas. Así que, ya sabes, parpadea frecuentemente. Respecto a los alimentos que deberías incorporar a tu dieta, y que te ayudarán a combatir el cansancio mentalno olvides los ricos en vitaminas A, B, C y F (zanahoria, brócoli y cítricos) y, le damos una alegría a más de uno, los de alto contenido en cinc como el chocolate negro o las ostras y almejas.

¡Estos sencillos tips para combatir la fatiga visual al estudiar tienes que incorporarlos a tu rutina!

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6 cosas que no sabías de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público

La importancia que tiene la Constitución para cualquier ciudadano, como pilar legislativo que recoge sus derechos y obligaciones, tiene su correspondencia específica en el caso de los empleados públicos. Las características peculiares de estos trabajadores hacen necesaria la existencia de una normativa especial para ellos. Si tu idea es convertirte en funcionario o ya lo eres, no pierdas de vista estas 6 cosas que no sabías de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público. ¡Presta atención!

Estatuto del Empleo Público

¿Qué es el Estatuto Básico del Empleado Público?

El EBEP, como denominaremos a partir de ahora a la ley del funcionariado, es la última modificación que se ha aprobado en esta materia. Entró en vigor con fecha 1 de noviembre de 2015. Es necesario dominar este texto porque forma parte del temario de la mayor parte de las oposiciones. Pero, además, es interesante porque afecta a la rutina diaria de cualquier funcionario.


Este documento recoge las situaciones administrativas de los funcionarios públicos, las condiciones para convocar oposiciones de acceso al empleo público y otras muchas referencias. Por ello, dada su extensión y complejidad, te proponemos un resumen de los principales asuntos que desarrolla. ¡Con algunas curiosidades que te pueden sorprender!

Lo más desconocido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público

Aprovecha esta selección de datos singulares que tienen que ver con el Estatuto Básico del Empleado Público para incorporarlos a tu planificación de estudio o, simplemente, para profundizar en la ley que más repercusión tiene en tu día a día. Sus hitos más destacables son:

  1. Por fin se da cumplimiento al mandato constitucional que exigía la existencia de una ley para regular no sólo el estatuto del funcionariado, si no para establecer un mecanismo de acceso basado en los principios de mérito y capacidad. Y otros asuntos no menos importantes como el derecho a sindicación, las incompatibilidades de los funcionarios públicos o las garantías de imparcialidad en el ejercicio de las funciones de un funcionario público. No es que hasta este momento no existiese normativa sobre estos asuntos, pero estaba dispersa e inconexa, con los consiguientes problemas que esto acarreaba.
  2. Por primera vez se clarifica la diferencia entre quienes trabajan en el sector público y quienes lo hacen en el sector privado. Esto se consigue al reconocer e incorporar el papel cada vez más creciente que la contratación de Personal Laboral tiene en el conjunto de todas las Administraciones Públicas.
  3. Se hace eco y normaliza la descentralización administrativa que, de hecho, se ha dado en las últimas décadas en nuestro país. Así, las comunidades autónomas y los ayuntamientos adquieren un margen de maniobra independiente para diseñar sus propias oposiciones y modelos de organización del empleo público.
  4. En lo que respecta al acceso al empleo público, abre las puertas y proporciona herramientas que facilitan el cambio cualitativo que los expertos vienen pidiendo en lo que se refiere a los procesos de selección del funcionariado. Para que se entienda mejor, las oposiciones concebidas como unas pruebas basadas en ejercicios memorísticos para comprobar los conocimientos y baremar quiénes son los mejores entre los candidatos son un instrumento propio del siglo XIX. Si se quieren afrontar los desafíos que las sociedades modernas trasladan a las Administraciones es imprescindible articular un concepto innovador de las oposiciones.
  5. Se regula la figura del Directivo público, un asunto totalmente novedoso. Lo define de una forma un tanto ambigua para permitir que se pueda extrapolar a cualquier administración territorial dando el margen suficiente de flexibilidad.
  6. En otros asuntos, sí entra en el detalle. Es el caso de las retribuciones, fijando unas reglas de juego comunes e iguales para todos los empleados públicos.

Lo que queda claro, después de destacar estas 6 cosas que no sabías sobre la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, es que su espíritu es el de establecer una norma común para integrar las distintas realidades que conforman el complejo ámbito del empleado público.


Referencias bibliográficas:

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6 consejos para preparar las oposiciones a Técnico de Hacienda

Apasionados de los números, las cuentas y los informes… ¿por qué no enfocar esa vocación y conocimientos hacia el empleo público? Si te sientes, además, capacitado para asumir responsabilidades, apunta a las categorías profesionales superiores. Es verdad que la competencia es dura, pero estos consejos para preparar las oposiciones a Técnico de Hacienda te proporcionarán herramientas para ponerte a la cabeza de los candidatos.

Preparar oposición par Técnico de Hacienda


Para sondear estas recomendaciones, lo clásico es dirigir la mirada hacia los expertos, los que llevan años preparando a los candidatos a estas duras oposiciones. Sin embargo, es igual de interesante escuchar de primera mano lo que tienen que decirnos los que han vivido la experiencia, quienes han aprobado las oposiciones a Técnico de Hacienda. ¿Coincidirán ambas reflexiones? Es lo que vamos a comprobar.

Cómo preparar las oposiciones a Técnico de Hacienda

Se trata de una de las oposiciones que convoca el Ministerio de Hacienda pertenecientes al Grupo A2 y, por tanto, una de las más complejas. Agrupamos estos prácticos consejos entorno a las principales materias que influyen directamente en la preparación de las oposiciones a Técnico de Hacienda:

  1. Previsión de tiempo de preparación. En palabras de los opositores que hoy ya disfrutan de su plaza, este es el primer planteamiento que tienes que hacerte. Una perspectiva realista te lleva a tener claro que vas a dedicar entre dos y tres años hasta que consigas aprobar las oposiciones. Si lo consigues antes, ¡genial! pero si no tener claro este punto te ayudará a no venirte abajo cuando vayas viendo pasar los meses.
  2. Diversificar la forma de estudiar dependiendo de las pruebas. No es lo mismo afrontar el caso práctico que el examen de idioma o el cuestionario sobre el temario. Trata de adaptar tu forma de estudio a cada una de las pruebas que deberás superar.
  3. Con o sin ayuda externa. Aunque aquí pensábamos encontrar diferencia de opinión entre opositores y preparadores, el planteamiento es unánime en un punto: la contabilidad hay que estudiarla con supervisión de un especialista. Se trata de una materia que hay que entender progresivamente más que echarle codos. El truco es hacer todos los ejercicios y exámenes de supuestos que se pueda. Menos atracones y más práctica.
  4. Hay que preparar toda la oposición desde el primer día. Está demostrado que es una estrategia errónea concentrarnos en dominar el primer ejercicio hasta superarlo, sin tocar la materia del resto de las pruebas. Lo inteligente es repartir cada jornada de estudio abarcando el conjunto de la oposición
  5. Distribuye el tiempo de estudio atendiendo a objetivos a corto, medio y largo plazo. Las primeras semanas es normal que dediques gran parte de tu jornada a preparar el contenido de la primera prueba. Sin embargo, en cuanto la domines, debes ceder tiempo a las otras dos. Los consultados consideran que la parte de contabilidad se debe llevar un tercio de nuestra rutina diaria de estudio, mientras que la preparación del tercer ejercicio (el más complejo y determinante) debe ocupar casi la mitad de la misma. Recuerda, que esta organización es imprescindible planteártela desde el principio. Y la irás modificando según vayas aprobando exámenes.
  6. Practicar nuestra velocidad de redacción de cara a la tercera prueba. No es un asunto menor. En la actualidad estamos muy acostumbrados a teclear y poco a escribir a mano. Y así es cómo tendrás que escribir el tema a desarrollar en la oposición. Así que, además de aprender a sintetizar y a estructurar bien, no olvides la parte mecánica… ¡papel y boli!

Mientras cada vez se escuchan más voces reclamando que los procesos de selección del funcionariado se modernicen, abandonando fórmulas basadas en las capacidades memorísticas, no queda más remedio que prepararnos para lo que hay. En el caso de los técnicos de Hacienda, el procedimiento pasa por superar tres pruebas que incluyen cuestionarios tipo test, nivel de idioma, casos prácticos, desarrollo de temas por escrito.

Esperamos que estos consejos para estudiar las oposiciones a Técnico de Hacienda realmente te ayuden. ¡Mucha suerte y ánimo!

Raquel Hernández No hay comentarios

¿Qué estudiar para ser profesor de autoescuela?

¿Te gusta conducir y hace tiempo que conseguirte tu permiso de conducción? ¿Enseñarías educación vial a otras personas y te preguntas cómo ser profesor de autoescuela? Si tus respuestas han sido afirmativas, entonces es que efectivamente deseas ejercer como profesor en una autoescuela, una alternativa excelente para conjugar tu pasión por la conducción con tus habilidades para enseñar. Descubre a continuación cómo prepararte para elegir tus estudios y conseguir tu puesto de trabajo como profesor de formación vial, así como los requisitos para ser profesor en una autoescuela en España.


Cómo ser profesor de autoescuela

Requisitos necesarios para ser profesor de autoescuela

Se trata de una de las profesiones más demandadas que requiere no solo conocimientos para conducir, sino también desenvoltura en medio del tráfico rodado y seguridad al volante.

Existen varios tipos de condiciones para ejercer como profesor de autoescuela, como son la titulación académica que deberás presentar y el permiso de conducción exigido. Además, deberás superar una serie de pruebas teóricas y un examen para ser docente de formación vial en una autoescuela o una empresa enfocada a la enseñanza de código vial. Aquí tienes los requisitos académicos que debes cumplir para conseguir tu puesto de trabajo soñado:

  • Requisito académico principal: se exige como mínimo la posesión del título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) o un equivalente.
  • Requisito de licencia de conducción: es imprescindible demostrar una experiencia de al menos dos años con el carné de conducir de clase B. Recuerda que este permiso está vinculado a la posibilidad de conducir coches, y no a ciertos tipos de vehículos de grandes dimensiones, como autobuses o camiones.

¿Cómo es el proceso para ser profesor de autoescuela en España?

Una vez hayas demostrado que cumples cada uno de los requisitos anteriores referentes a la educación y a los permisos de conducción, deberás superar unas pruebas específicas para ser profesor de autoescuela en España, tal y como recogen las bases de la convocatoria de Profesores de Formación Vial publicada en el BOE. Las pruebas de selección tienen la siguiente estructura:

  1. Test teórico y una prueba práctica (similar al examen para la obtención del carné de conducir B).
  2. Prueba teórica de carácter eliminatorio para evaluar los conocimientos de seguridad vial, primeros auxilios, señalización, mecánica, seguro de automóviles, normativa de los centros de formación, etc.
  3. Curso presencial con la autoescuela en la que vas a obtener el Certificado de Aptitud de Profesor de Formación Vial.

Más información: Curso para obtener el Certificado de Aptitud de Profesor de Formación Vial

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Cómo preparar las oposiciones a Controlador Aéreo

En un país como España, cualquier empleo que tenga relación con el sector del Turismo es de los que merece la pena plantearse. Y el mundo de la aviación, además, cuenta con un halo de atractivo muy seductor. Los profesionales que dirigen el tráfico aéreo forman parte de estos puestos tan sugerentes. ¿Te interesa saber cómo preparar las oposiciones a Controlador Aéreo? Aquí encontrarás algunas claves.

Conviene aclarar algunas circunstancias confusas respecto al sector de los controladores aéreos. Y es que, no son funcionarios como se podría pensara al hablar de la fórmula de oposiciones a Controlador Aéreo como vía para acceder a estos puestos. Se incluyen en la categoría de Personal Laboral. Eso sí, se trata de una profesión en alza y con sueldos interesantes.

¿Cualquiera puede convertirse en controlador aéreo?

Respecto al modo de acceso, se ha producido una cierta confusión en los últimos años, con la liberalización del sector. Desde 2010 se debe superar el proceso de selección convocado por la agencia estatal ENAIRE, lo que se conoce como oposiciones a controlador aéreo. Los candidatos a estas convocatorias deben cumplir unos requisitos tales como:

  • Nacionalidad española o comunitaria
  • Tener 18 años
  • Titulación mínima de Bachillerato o equivalente
  • Alto nivel de inglés, tanto como para que el manejo oral no pueda generar confusión en las radiocomunicaciones. El nivel de referencia es el C1 del Marco Común Europeo (MERC) o el Certificate in Advanced English of Cambridge.

Formación específica para estudiar las oposiciones a COA

Si el temario de las oposiciones a Controlador Aéreos es denso, las pruebas que hay que superar son también muy exigentes y requieren una altísima cualificación. Como sucede con cualquier oposición, hay debate sobre si es más recomendable apuntarse a una academia o estudiar con ayuda de un preparador o por nuestra cuenta. En este caso, es cierto que se dispone fácilmente de todo el material, incluidos los tests, en internet. Cualquiera de sus las dos vías es eficaz, depende de nuestras preferencias. En lo que sí hay unanimidad es en aconsejar que se trabaje con el temario tanto en español como en inglés, para que te acostumbres a manejar el lenguaje técnico aeronáutico en las dos lenguas con la misma destreza.


Sin embargo, el verdadero obstáculo para conseguir ese puesto de COA es la exigencia de estar en posesión de la licencia de alumno controlador para poder realizar las horas de prácticas en una torre de control que se exigen para tener la licencia definitiva. Aunque esa licencia de alumno no se pide para presentarse a las oposiciones de controlador aéreo, si no se presenta en el plazo de 18 meses tras superar el proceso de selección, se pierde la plaza. Igual sucede con el certificado médico aeronáutico de clase 3.

Estas licencias sólo se adquieren en los centros autorizados y su coste oscila entre los 30.000 y 75.000 euros. ¡Este es el gran freno para muchos de los que se plantean preparar las oposiciones a Controlador Aéreo! Aunque ENAIRE dispone de acuerdos con entidades bancarias para financiar el precio de estos cursos para el que quiera utilizarlos.

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Aprende a gestionar el tiempo en el examen de tu oposición

El reloj, midiendo el imparable avance del tiempo, suele ser el protagonista de las peores pesadillas de los opositores. Te proponemos que des un giro completo a esta visión y lo conviertas en uno de tus mejores aliados. Utiliza tu reloj para aprender a repartir y controlar el tiempo en el examen de tu oposición. Una ventaja que puede ser decisiva para conseguir tu objetivo.

Cómo repartir el tiempo en una prueba tipo test

¿Qué accesorios puedes usar para controlar el tiempo en un examen?

Un primer consejo, vuelve al reloj de pulsera de toda la vida. En la versión manecillas o en la digital, eso ya lo dejamos a tu gusto. Pero, cuando te sientes a preparar tus oposiciones, mide y controla el tiempo con uno de estos aparatos. Ten en cuenta que durante el examen están prohibidos los móviles y dispositivos similares, ¡no es el momento de experimentar!

En el caso de que tengas que realizar una exposición oral en tu oposición, también puedes usar un cronómetro para conocer el tiempo que dedicas a desarrollar cada temario. Te recomendamos que lleves uno de recambio por si el que utilizas en ese momento deja de funcionar.

Consejos para controlar el tiempo en una prueba de oposición

Es evidente que si no llevas el temario preparado, esto de la gestión del tiempo te va a servir de poco. Así que, dejamos de lado esta obviedad para concentrarnos en lo que hacer para estar seguro de que no tendrás problemas para terminar de contestar el examen de tu oposición.


En esta ocasión vamos a concentrarnos en una modalidad de prueba muy habitual en cualquier oposición, los cuestionarios tipo test. Al aspirante se le facilita un cuadernillo con las preguntas, ordenadas por número, y una hoja de respuestas, que es la que deberás entregar al examinador. Por tanto, en esta segunda asegúrate de que solo figuran tus datos identificadores y las respuestas, mientras puedes usar el cuadernillo para escribir todo lo que necesites.

En la mayor parte de las ocasiones, es obligatorio que se conteste a todas las preguntas de estos test. De ahí la trascendencia de organizarte perfectamente para que la falta de tiempo no te impida completar las respuestas. La clave es asegurarte que no dejas de contestar las cuestiones que no te generan dudas, las que no vas a fallar, relegando las que no tienes claras a una segunda vuelta. Este método no falla:

  • Calcula el tiempo que tienes por pregunta. Si el examen de la oposición consta de 105 preguntas y tiene una duración de 120 minutos, no puedes dedicar más de un minuto a cada respuesta.
  • Coloca el reloj o el cronómetro encima de la mesa, de forma que puedas ver el tiempo en todo momento, sin perder ni un segundo en consultarlo.
  • Divide el tiempo en sucesivas vueltas para ir contestando según tu nivel de seguridad. Normalmente, con tres deberías tener bastante. Siguiendo el ejemplo anterior de los 120 minutos, a la primera vuelta le dedicarías 40 minutos y a la segunda 30, mientras reservarías los 50 restantes para repasar todas las preguntas que te han quedado pendientes, las que te ocasionan mayores dificultades.
  • Usa la misma mecánica, que habrás estado practicando en casa, para escribir las respuestas porque eso lo convierte en un gesto que tienes automatizado, con el consiguiente ahorro de tiempo y evitando equivocarte. ¡Cada décima de segundo cuenta a tu favor! Nuestra propuesta es que en el cuadernillo taches el número de las preguntas que te sabes y rodees con un círculo la respuesta correcta, a la vez que la contestas en la hoja de examen. Con la idea de identificar rápidamente las dudosas en el segundo repaso, no es mala idea rodear el número y tachar las respuestas que sabemos que no son correctas.
  • Elabora un microesquema antes del examen, sobre todo en aquellas pruebas que sean de desarrollo o en aquellos casos en los que tengas que redactar una respuesta más extensa. De esta manera, podrás organizar las ideas y saber por dónde empezar a redactar.

El sistema propuesto te permite no consumir más de 20 segundos por pregunta y haber realizado una lectura completa en la primera vuelta. En la segunda, yendo directos a las pendientes, contaremos con más tiempo para pensar. Y más en la tercera, porque habrás aprendido a gestionar el tiempo en el examen de tu oposición.