6 cosas que no sabías de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público

La importancia que tiene la Constitución para cualquier ciudadano, como pilar legislativo que recoge sus derechos y obligaciones, tiene su correspondencia específica en el caso de los empleados públicos. Las características peculiares de estos trabajadores hacen necesaria la existencia de una normativa especial para ellos. Si tu idea es convertirte en funcionario o ya lo eres, no pierdas de vista estas 6 cosas que no sabías de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público. ¡Presta atención!

Estatuto del Empleo Público

¿Qué es el Estatuto Básico del Empleado Público?

El EBEP, como denominaremos a partir de ahora a la ley del funcionariado, es la última modificación que se ha aprobado en esta materia. Entró en vigor con fecha 1 de noviembre de 2015. Es necesario dominar este texto porque forma parte del temario de la mayor parte de las oposiciones. Pero, además, es interesante porque afecta a la rutina diaria de cualquier funcionario.


Este documento recoge las situaciones administrativas de los funcionarios públicos, las condiciones para convocar oposiciones de acceso al empleo público y otras muchas referencias. Por ello, dada su extensión y complejidad, te proponemos un resumen de los principales asuntos que desarrolla. ¡Con algunas curiosidades que te pueden sorprender!

Lo más desconocido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público

Aprovecha esta selección de datos singulares que tienen que ver con el Estatuto Básico del Empleado Público para incorporarlos a tu planificación de estudio o, simplemente, para profundizar en la ley que más repercusión tiene en tu día a día. Sus hitos más destacables son:

  1. Por fin se da cumplimiento al mandato constitucional que exigía la existencia de una ley para regular no sólo el estatuto del funcionariado, si no para establecer un mecanismo de acceso basado en los principios de mérito y capacidad. Y otros asuntos no menos importantes como el derecho a sindicación, las incompatibilidades de los funcionarios públicos o las garantías de imparcialidad en el ejercicio de las funciones de un funcionario público. No es que hasta este momento no existiese normativa sobre estos asuntos, pero estaba dispersa e inconexa, con los consiguientes problemas que esto acarreaba.
  2. Por primera vez se clarifica la diferencia entre quienes trabajan en el sector público y quienes lo hacen en el sector privado. Esto se consigue al reconocer e incorporar el papel cada vez más creciente que la contratación de Personal Laboral tiene en el conjunto de todas las Administraciones Públicas.
  3. Se hace eco y normaliza la descentralización administrativa que, de hecho, se ha dado en las últimas décadas en nuestro país. Así, las comunidades autónomas y los ayuntamientos adquieren un margen de maniobra independiente para diseñar sus propias oposiciones y modelos de organización del empleo público.
  4. En lo que respecta al acceso al empleo público, abre las puertas y proporciona herramientas que facilitan el cambio cualitativo que los expertos vienen pidiendo en lo que se refiere a los procesos de selección del funcionariado. Para que se entienda mejor, las oposiciones concebidas como unas pruebas basadas en ejercicios memorísticos para comprobar los conocimientos y baremar quiénes son los mejores entre los candidatos son un instrumento propio del siglo XIX. Si se quieren afrontar los desafíos que las sociedades modernas trasladan a las Administraciones es imprescindible articular un concepto innovador de las oposiciones.
  5. Se regula la figura del Directivo público, un asunto totalmente novedoso. Lo define de una forma un tanto ambigua para permitir que se pueda extrapolar a cualquier administración territorial dando el margen suficiente de flexibilidad.
  6. En otros asuntos, sí entra en el detalle. Es el caso de las retribuciones, fijando unas reglas de juego comunes e iguales para todos los empleados públicos.

Lo que queda claro, después de destacar estas 6 cosas que no sabías sobre la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, es que su espíritu es el de establecer una norma común para integrar las distintas realidades que conforman el complejo ámbito del empleado público.


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