El reloj, midiendo el imparable avance del tiempo, suele ser el protagonista de las peores pesadillas de los opositores. Te proponemos que des un giro completo a esta visión y lo conviertas en uno de tus mejores aliados. Utiliza tu reloj para aprender a repartir y controlar el tiempo en el examen de tu oposición. Una ventaja que puede ser decisiva para conseguir tu objetivo.
¿Qué accesorios puedes usar para controlar el tiempo en un examen?
Un primer consejo, vuelve al reloj de pulsera de toda la vida. En la versión manecillas o en la digital, eso ya lo dejamos a tu gusto. Pero, cuando te sientes a preparar tus oposiciones, mide y controla el tiempo con uno de estos aparatos. Ten en cuenta que durante el examen están prohibidos los móviles y dispositivos similares, ¡no es el momento de experimentar!
En el caso de que tengas que realizar una exposición oral en tu oposición, también puedes usar un cronómetro para conocer el tiempo que dedicas a desarrollar cada temario. Te recomendamos que lleves uno de recambio por si el que utilizas en ese momento deja de funcionar.
Consejos para controlar el tiempo en una prueba de oposición
Es evidente que si no llevas el temario preparado, esto de la gestión del tiempo te va a servir de poco. Así que, dejamos de lado esta obviedad para concentrarnos en lo que hacer para estar seguro de que no tendrás problemas para terminar de contestar el examen de tu oposición.
En esta ocasión vamos a concentrarnos en una modalidad de prueba muy habitual en cualquier oposición, los cuestionarios tipo test. Al aspirante se le facilita un cuadernillo con las preguntas, ordenadas por número, y una hoja de respuestas, que es la que deberás entregar al examinador. Por tanto, en esta segunda asegúrate de que solo figuran tus datos identificadores y las respuestas, mientras puedes usar el cuadernillo para escribir todo lo que necesites.
En la mayor parte de las ocasiones, es obligatorio que se conteste a todas las preguntas de estos test. De ahí la trascendencia de organizarte perfectamente para que la falta de tiempo no te impida completar las respuestas. La clave es asegurarte que no dejas de contestar las cuestiones que no te generan dudas, las que no vas a fallar, relegando las que no tienes claras a una segunda vuelta. Este método no falla:
- Calcula el tiempo que tienes por pregunta. Si el examen de la oposición consta de 105 preguntas y tiene una duración de 120 minutos, no puedes dedicar más de un minuto a cada respuesta.
- Coloca el reloj o el cronómetro encima de la mesa, de forma que puedas ver el tiempo en todo momento, sin perder ni un segundo en consultarlo.
- Divide el tiempo en sucesivas vueltas para ir contestando según tu nivel de seguridad. Normalmente, con tres deberías tener bastante. Siguiendo el ejemplo anterior de los 120 minutos, a la primera vuelta le dedicarías 40 minutos y a la segunda 30, mientras reservarías los 50 restantes para repasar todas las preguntas que te han quedado pendientes, las que te ocasionan mayores dificultades.
- Usa la misma mecánica, que habrás estado practicando en casa, para escribir las respuestas porque eso lo convierte en un gesto que tienes automatizado, con el consiguiente ahorro de tiempo y evitando equivocarte. ¡Cada décima de segundo cuenta a tu favor! Nuestra propuesta es que en el cuadernillo taches el número de las preguntas que te sabes y rodees con un círculo la respuesta correcta, a la vez que la contestas en la hoja de examen. Con la idea de identificar rápidamente las dudosas en el segundo repaso, no es mala idea rodear el número y tachar las respuestas que sabemos que no son correctas.
- Elabora un microesquema antes del examen, sobre todo en aquellas pruebas que sean de desarrollo o en aquellos casos en los que tengas que redactar una respuesta más extensa. De esta manera, podrás organizar las ideas y saber por dónde empezar a redactar.
El sistema propuesto te permite no consumir más de 20 segundos por pregunta y haber realizado una lectura completa en la primera vuelta. En la segunda, yendo directos a las pendientes, contaremos con más tiempo para pensar. Y más en la tercera, porque habrás aprendido a gestionar el tiempo en el examen de tu oposición.