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Una de las opciones que más se plantean los estudiantes universitarios después de haber finalizado la carrera es elegir un máster o posgrado para complementar sus estudios. Seguramente tú, que estás leyendo ahora estas líneas, seas uno de esos muchos estudiantes que se encuentra en la misma situación. Pero… ¿es lo mismo un Máster que un Postgrado? A continuación te explicamos en qué se diferencia un Máster de un Postgrado, para que puedas elegir tus estudios de la mejor manera posible.

De acuerdo con el Plan Bolonia y con la distribución de los estudios universitarios, podemos distinguir entre tres ciclos: el Grado universitario o carrera (lo que se conocía antes como licenciatura), que equivale al primer ciclo; el Máster universitario o el Postgrado (antes, diplomatura), el cual se corresponde con el segundo ciclo; y el Doctorado, que es el tercer y último ciclo de estudios universitarios. Ahora que conocemos las principales diferencias entre especialización, maestría y doctorado, vamos a hacer lo propio con el Máster y el Postgrado.

¿Qué es un postgrado o posgrado?

Un Postgrado es un título de formación complementaria al grado universitario que tiene un número reducido de horas lectivas (alrededor de 150), es decir, una validez entre 15 y 60 créditos ECTS (duración entre 2 y 10 meses, pero nunca superior a un año). Además, cuenta con la ventaja de poder estudiar, si se prefiere, más de un Postgrado durante el curso académico.

El hecho de contar con menos asignaturas proporciona, por consiguiente, un menor coste que un Máster. Además, aunque se requiere el título de grado universitario, se puede acceder a un Postgrado antes de haber finalizado la carrera, siempre y cuando se reúnan los requisitos necesarios, con la diferencia de que en este caso al estudiante se le otorga un certificado de aprovechamiento.

El Postgrado está más enfocado hacia la especialización de un área muy concreta, aunque con orientación profesional. El título que se obtiene (accediendo con el grado finalizado) es de Experto universitario. A diferencia del Máster, el Postgrado siempre es propio (no oficial).

¿Qué es un Máster universitario?

Por otro lado, el Máster universitario resulta más complejo. También es un título que sirve como formación complementaria al grado universitario, pero tiene una duración de 1 o 2 años (dependiendo del Máster) es decir, una validez entre 60 y 120 créditos ECTS, y para acceder a él es obligatorio estar en posesión de un título de grado universitario.

Por lo tanto, al reunir más horas lectivas y más asignaturas, es más caro y el título se podría considerar superior al de Postgrado. Además, el Máster está más enfocado hacia una especialización académica, profesional o a la investigación. El título que se obtiene es de Magíster.

Otra particularidad sobre el Máster es que puede ser propio u oficial.

Diferencia entre Máster y Postgrado en España

Tanto el Máster universitario como el Postgrado se corresponden con estudios que se realizan después del grado universitario, por lo que pueden parecer similares entre sí. Sin embargo, ambos difieren principalmente en lo que se refiere al tiempo de duración, la vía de acceso, la especialización y el tipo de título que se obtiene en cada caso y por lo tanto, el coste.

Una vez que conoces en qué se diferencia un Máster universitario de un Postgrado, ahora es tu turno para elegir cuál de las dos opciones es la mejor para ti y la que mejor te conviene. Echa un vistazo a todos los centros y ofertas que más te llamen la atención y ten en cuenta cuáles son tus necesidades y tus preferencias a la hora de tomar la mejor decisión. De ti depende hacia dónde quieras enfocar tu carrera de cara al mundo laboral.

Una vez que han completado el grado universitario, los estudiantes se plantean continuar sus estudios y ampliar sus conocimientos realizando estudios de postgrado. Para ello, deben elegir entre estudiar una Especialización, una Maestría o un Doctorado. Sin embargo, no todos conocen la diferencia entre estos conceptos. En este artículo te ayudaremos a elegir explicándote las principales diferencias entre Especialización, Maestría y Doctorado. ¿Estás preparado/a?

¿Qué es una especialización?

La Especialización está orientada a la profundización académica y metodológica del conocimiento de un ámbito de estudio muy concreto. Su duración es muy corta (un mínimo de 360 horas, aproximadamente un año) y su horario permite la posibilidad de compaginarlo con un trabajo. Por eso, es la opción que más eligen algunas empresas para sus empleados.

Al terminar la Especialización, se obtiene el diploma de Especialista. Dada su corta duración y su reducido número de asignaturas, en la especialización se invierte menos tiempo y menos dinero. Sin embargo apenas hay becas o ayudas financieras para las personas que están interesadas en estudiarla, y no se puede acceder directamente al Doctorado sólo con la Especialización.

¿Qué es una Maestría?

El objetivo de la Maestría es ampliar conocimientos de un área determinada de forma más tecnológica y profesional. A diferencia de la Especialización, la Maestría puede llegar a durar entre 500 y 1000 horas (entre 1 y 2 años), lo cual requiere más tiempo e inversión de dinero.

Al terminar la Maestría se obtiene el diploma de Maestría o Magíster. Dentro de las Maestrías podemos distinguir entre:

• las Maestrías profesionales, que permiten desarrollar habilidades en casos prácticos.
• las Maestrías de investigación, que tienen un enfoque más teórico hacia el estudio científico o artístico de una disciplina.
• las MBA (Masters of Business Administration, en inglés, o Maestría de Administración y Dirección de Empresas), que son de carácter empresarial.

La Maestría cuenta con la ventaja de facilitar, si se desea, el acceso al Doctorado, y existen más becas y ayudas de financiación.

¿En qué consiste el Doctorado?

El Doctorado se encuentra en el eslabón más alto a la hora de elegir los estudios universitarios. Está destinado a aquellos estudiantes que estén interesados en profundizar aún más su área de estudio hacia la investigación o la docencia, con el principal objetivo de desarrollar el conocimiento total de una disciplina para aportar ideas nuevas. Es el más largo de los tres estudios de posgrado mencionados, pues dura un mínimo de 1000 horas (entre 3 y 6, o incluso más, años).

Por lo tanto, se necesita dedicarle mucho más tiempo y dinero. El Doctorado requiere la investigación de un tema concreto y realizar una tesis. Al terminar el Doctorado, se obtiene el título de Doctor. Al tratarse del título académico más alto, cuenta con varias ventajas. Una de ellas es que proporciona más salidas laborales en la disciplina en la que se ha formado. Además, existe una amplia variedad de becas y ayudas financieras. Sin embargo, al contrario que la Maestría, el Doctorado es de carácter meramente teórico.

Ahora que ya conoces las diferencias entre Especialización, Maestría y Doctorado, debes pararte un momento a pensar cuál de los tres es más conveniente para ti. Primero, piensa hacia dónde te vas a enfocar: si quieres especializarte en un área concreta, ampliar conocimientos de tu área de estudio o bien quieres dedicarte a la investigación o a la docencia. Luego, echa un vistazo a las ofertas de las universidades que más te llamen la atención y busca información sobre estas ofertas para ayudarte a tomar una decisión. Ten en cuenta los beneficios y salidas que te puede aportar cada una. Lo que elijas será lo que determine cómo será tu futuro de cara al mundo laboral.

¿Un examen para saber qué estudios elegir? Parece de locura y, sin embargo, cada día son más quienes se apuntan a hacer uno de estos test para decidir qué carrera universitaria es la que les conviene. Hay ciertos trucos para enfrentarte a un examen de orientación vocacional que harán que optimices sus resultados.

Ten en cuenta, eso sí, que esto no es un examen al uso. No hay aciertos y errores, ser sincero/a es la forma de obtener las respuestas correctas. Estas pruebas de orientación vocacional te sirven como herramienta de reflexión, es una referencia más que te puede ayudar, pero no debes afrontarlos como definitivos. Ni mucho menos, dejar que te condicionen si sus conclusiones ni de lejos son las que te planteabas.

¿Qué es un examen de orientación vocacional?

Con sólo una rápida búsqueda por internet, tendrás a tu disposición numerosos de estos test gratuitos. Aunque puedes pasar un rato divertido contestándolos, su rigor y eficacia son nulos, según nos señalan los expertos en orientación y lo psicopedagogos que son quienes realmente saben de esto. Sólo son fiables aquellos que se ofrecen en páginas con una solvencia contrastable.

¿Lo ideal? Acudir a la consulta de uno de estos especialistas y seguir sus consejos para encontrar tu vocación profesional. Hay exámenes de orientación vocacional de reconocido prestigio. El que concita mayor unanimidad respecto a su validez es el denominado Holland Code, basado en la Teoría de rasgos y Factores. El psicólogo Holland distinguió seis categorías (investigativa, realista, social, emprendedora, convencional y artística) y relaciona las personalidades con las distintas categorías para encontrar la que mejor encaja con cada candidato.

Generalmente, estas pruebas son una mezcla de test de aptitudes y test de personalidad. La parte de las aptitudes sirve para identificar nuestra capacidad en habilidades numéricas, verbales y abstractas. Son preguntas que sí tienen una respuesta correcta y donde juega un papel decisivo el reloj, ya que se hacen con un tiempo limitado precisamente porque se quiere valorar la facilidad de manejarte en esa materia. La parte de personalidad, por el contrario, sólo busca determinar los rasgos que predominan en cada individuo, por lo que no hay aciertos ni se trabaja contrarreloj.

Trucos para hacer un test de orientación vocacional

Con todo lo que te hemos explicado en apartados anteriores, ya debes tener claro que este tipo de exámenes no requieren una preparación previa, porque no se trata de aprobar o suspender. Sin embargo, estos consejos pueden serte útiles para enfrentarte a cualquiera de estos test:

• No te mientas. El resultado de estos test, como su nombre indica, es orientativo. Sólo siendo honesto estarás más cerca de conocerte mejor.
• Ponte en manos de un profesional o una web referente en esta materia. Todo lo demás no tiene ninguna validez científica.
• Cuando las preguntas se refieran a tus preferencias, tus respuestas deben hacerse sin pensar en las carreras universitarias mejor pagadas, e incluso en tus capacidades. Estas cuestiones pretenden evaluar lo que más te gusta, ya que ese es uno de los factores que deben tenerse en cuenta para acertar al elegir nuestra vocación.
• Sé espontáneo. Mientras que en un examen convencional te estaríamos aconsejando una actitud reflexiva y pensar bien antes de ponerte a contestar, en el caso de un examen de orientación vocacional es mucho más eficaz responder lo primero que se nos viene a la cabeza, sin pasarlo por el filtro de la racionalidad.
• Busca un entorno relajado y un momento en el que no te agobien las prisas para ponerte a hacer la prueba.

Y, el último de los trucos para enfrentarte a un examen de orientación vocacional es hacerlo en soledad, para limitar las inevitables influencias y comparaciones entre amigos o compañeros.

¿Te gusta la probabilidad y el análisis de riesgos? Si la respuesta es que sí, es posible que la profesión de actuario esté hecha para ti. Los actuarios se encargan de estudiar los diferentes riesgos a los que se somete una personas u organización, analizar las probabilidades de que un evento ocurra, o no, y evaluar las costes de los diferentes posibilidades que puedan ocurrir, con el objetivo de tomar las decisiones correcta. Si quieres saber qué estudios elegir para conseguir desarrollar esta profesión, has llegado al lugar adecuado.

¿Qué estudios debo elegir para trabajar como actuario?

Para ser actuario es necesario dominar las Ciencias Actuariales y la Estadística. Esta profesión se encuentra del ámbito de las Ciencias Económicas, aunque no sea tan conocida por los demás alumnos como las carreras de Administración y Dirección de Empresas o la carrera de Economía. Sin embargo, los estudios para esta profesión no se encuentran tan definidos como los de otras titulaciones más conocidas.

Las personas que buscan estudiar esta profesión deben estudiar alguna especialización tras acabar su licenciatura universitaria de Matemáticas, Finanzas o Económicas. Según el plan de estudios en el que se encuentra puede ser necesario realizar un Máster en Ciencias Actuariales tras acabar tu carrera para convertirte en actuario.

Es una profesión diseñada para personas que estudiantes que se sientan atraídos por las estudio de las mátemáticas, probabilidades y las finanzas, ya que estos son los tres puntos fundamentales entre los que gira esta profesión.

Funciones del actuario

¿Dónde puedo trabajar como actuario en el sector privado?

Los actuarios pueden llegar a ejercer como empleados de diferentes organizaciones o de forma independiente a través del asesoramiento. El actuario se encarga de analizar y evaluar los diferentes hechos que se pueden producir para determinar las probabilidades de que ocurran. Además, también analiza los diferentes riesgos, cuantifica consecuencias y administra posibilidades para reducir impactos negativas.

Es por esto que sus servicios pueden ser válidos para una gran variedad de ámbitos relacionados con las finanzas como los bancos, empleados públicos, entidades financieras, empresas de seguros, organizaciones empresariales, mutuas, fondos de inversión, etc.

Conoce las oportunidades laborales para actuarios en el sector público

• Oposiciones al Cuerpo de Actuarios, Estadísticos y Economistas de la Seguridad Social
• Oposiciones a Inspector de Hacienda
• Oposiciones a Técnico de Hacienda
• Oposiciones a Agente de Hacienda
• Oposiciones al Cuerpo de Interventores y Auditores del Estado

Si eres de la afortunada minoría que tiene claro a lo que quiere dedicarse profesionalmente, te puedes ahorrar seguir leyendo este artículo. Pero, la realidad nos confirma que la mayor parte de los jóvenes llegan al momento de tener que elegir sus estudios hechos un mar de dudas. Estos consejos para encontrar tu vocación profesional seguro que te inspiran.

Antes de seguir, sería interesante desmontar algunos mitos generalizados que circulan alrededor de este tema de la vocación profesional. Resulta muy estresante pensar que la vocación es algo inmutable, que nos viene dado por fuerzas externas o que va relacionada con la fama o el dinero. Nada de esto es definitorio. Es más habitual que vayamos modificando nuestras preferencias o mejoramos nuestras capacitaciones o descubrimos campos laborales de los que no teníamos conocimiento. Así que, como punto de partida, no te agobies, la decisión que tomes ahora no tiene por qué determinar el resto de tu vida.

¿Cómo encontrar tu verdadera vocación profesional?

Ahora nos ponemos en modo positivo y práctico. Desde esas primeras acotaciones, lo cierto es que tú necesitas orientación para saber cómo elegir tus estudios superiores. Aquí te dejamos los primeros consejos para encontrar tu vocación profesional. ¿Estás preparado/a?

1. Aparca la pasión y racionaliza las condiciones

Mejor dejar de idealizar el asunto de la vida laboral y pensar en cuáles son las carreras universitarias mejor pagadas. No te engañes, trabajar es algo bien distinto de las actividades a las que nos dedicamos en nuestro tiempo libre. Por mucho que te gusten los animales, si no eres capaz de ver una aguja, lo tuyo no es ser veterinario. Siguiendo este ejemplo, una cosa es cuidar y disfrutar de tu mascota, otra muy distinta afrontar el día a día con animales enfermos, dueños angustiados y decisiones duras como eutanasias.

2. Busca, indaga y toma una decisión

Más allá de las profesiones y estudios tradicionales, cada día aparecen nuevas opciones de enfoque laboral. Los consejeros universitarios son una figura cada vez más en boga, por su valor como orientadores de los estudiantes. Nadie mejor que ellos para llevar a cabo dinámicas de orientación vocacional para jóvenes, igual que las ferias en las que se puede conseguir información sobre infinidad de salidas profesionales.

3. Lo que tu piensas, lo que ven los demás

Uno de los datos que es importante que tengas en cuenta para orientar tu vocación es, no tanto lo que te gusta, como lo que se te da mejor hacer. Pero, puede que tengas una imagen de ti un poco distorsionada por tus inseguridades y miedos. Haz una lista de tus aptitudes, de lo que tu piensas que se te da bien. Enfréntalo con una columna de las cualidades que los demás te ven, preguntando a profesores, amigos, familia… Aquellas que figuren en ambos lados, esta claro que son tus habilidades más marcadas.

4. Familiarízate con el mercado laboral

Contrasta tu idea sobre una profesión con las salidas reales que tiene. Habla con los trabajadores y consulta la demanda de vacantes concretas. Ya que estás con este tipo de datos, comprueba que es lo que buscan los empresarios, nunca se sabe si ahí puede tener un hueco tu vocación. Y no está mal si puedes conjugar tus gustos con lo que necesita el mercado.

5. Practica nuevas experiencias

Seguro que a tu alrededor hay gente que se dedica a profesiones variadas. Si te es posible, pasa alguna jornada laboral con ellos. Prueba qué tal se te dan cosas que para ti son novedosas. Aprovecha las vacaciones para practicar actividades distintas. ¡Nunca se sabe lo que puedes descubrir!

Como ves, estos consejos infalibles para encontrar tu vocación profesional no son las típicas recomendaciones que te habrán estado haciendo. Pero es que nuestra apuesta es que cambies el enfoque y la perspectiva, ¡descubrirás un horizonte vocacional muy distinto!