¿Un examen para saber qué estudios elegir? Parece de locura y, sin embargo, cada día son más quienes se apuntan a hacer uno de estos test para decidir qué carrera universitaria es la que les conviene. Hay ciertos trucos para enfrentarte a un examen de orientación vocacional que harán que optimices sus resultados.
Ten en cuenta, eso sí, que esto no es un examen al uso. No hay aciertos y errores, ser sincero/a es la forma de obtener las respuestas correctas. Estas pruebas de orientación vocacional te sirven como herramienta de reflexión, es una referencia más que te puede ayudar, pero no debes afrontarlos como definitivos. Ni mucho menos, dejar que te condicionen si sus conclusiones ni de lejos son las que te planteabas.
¿Qué es un examen de orientación vocacional?
Con sólo una rápida búsqueda por internet, tendrás a tu disposición numerosos de estos test gratuitos. Aunque puedes pasar un rato divertido contestándolos, su rigor y eficacia son nulos, según nos señalan los expertos en orientación y lo psicopedagogos que son quienes realmente saben de esto. Sólo son fiables aquellos que se ofrecen en páginas con una solvencia contrastable.
¿Lo ideal? Acudir a la consulta de uno de estos especialistas y seguir sus consejos para encontrar tu vocación profesional. Hay exámenes de orientación vocacional de reconocido prestigio. El que concita mayor unanimidad respecto a su validez es el denominado Holland Code, basado en la Teoría de rasgos y Factores. El psicólogo Holland distinguió seis categorías (investigativa, realista, social, emprendedora, convencional y artística) y relaciona las personalidades con las distintas categorías para encontrar la que mejor encaja con cada candidato.
Generalmente, estas pruebas son una mezcla de test de aptitudes y test de personalidad. La parte de las aptitudes sirve para identificar nuestra capacidad en habilidades numéricas, verbales y abstractas. Son preguntas que sí tienen una respuesta correcta y donde juega un papel decisivo el reloj, ya que se hacen con un tiempo limitado precisamente porque se quiere valorar la facilidad de manejarte en esa materia. La parte de personalidad, por el contrario, sólo busca determinar los rasgos que predominan en cada individuo, por lo que no hay aciertos ni se trabaja contrarreloj.
Trucos para hacer un test de orientación vocacional
Con todo lo que te hemos explicado en apartados anteriores, ya debes tener claro que este tipo de exámenes no requieren una preparación previa, porque no se trata de aprobar o suspender. Sin embargo, estos consejos pueden serte útiles para enfrentarte a cualquiera de estos test:
- No te mientas. El resultado de estos test, como su nombre indica, es orientativo. Sólo siendo honesto estarás más cerca de conocerte mejor.
- Ponte en manos de un profesional o una web referente en esta materia. Todo lo demás no tiene ninguna validez científica.
- Cuando las preguntas se refieran a tus preferencias, tus respuestas deben hacerse sin pensar en las carreras universitarias mejor pagadas, e incluso en tus capacidades. Estas cuestiones pretenden evaluar lo que más te gusta, ya que ese es uno de los factores que deben tenerse en cuenta para acertar al elegir nuestra vocación.
- Sé espontáneo. Mientras que en un examen convencional te estaríamos aconsejando una actitud reflexiva y pensar bien antes de ponerte a contestar, en el caso de un examen de orientación vocacional es mucho más eficaz responder lo primero que se nos viene a la cabeza, sin pasarlo por el filtro de la racionalidad.
- Busca un entorno relajado y un momento en el que no te agobien las prisas para ponerte a hacer la prueba.
Y, el último de los trucos para enfrentarte a un examen de orientación vocacional es hacerlo en soledad, para limitar las inevitables influencias y comparaciones entre amigos o compañeros.