¿Te parece imposible que aparezcan en la misma frase los conceptos estudiar y vacaciones? Bien, no es la mejor de las situaciones, para qué engañarnos. Sin embargo, si estás en ese caso, tampoco es cosa de que te deprimas. Interioriza estos consejos para estudiar en vacaciones y verás cómo es posible.
Vale… calorcito, las llamadas de los amigos para salir, ese viaje que tanto te apetece. Estas no son las mejores condiciones para sentarte relajado y concentrarte en tus estudios. Dicho esto, empieza ya a tomar medidas para que todo sea más llevadero de lo que parece. Y, ya te adelantamos que la clave es, una vez más, una buena planificación. ¡24 horas al día dan para mucho!
¿Cómo organizar el tiempo de estudio en vacaciones?
Una premisa importante, si estabas pensando renunciar a tus vacaciones por los estudios, ve abandonando esa idea. Es absolutamente improcedente, ni de lejos es la decisión más inteligente. Es imposible que te abstraigas de lo que ocurre a tu alrededor y tu cabeza se llenaría de todas esas renuncias y planes abandonados. Hay que planificar para que te dé tiempo a todo, con estas premisas de base:
1. Revisa el temario que tienes que preparar
Diseña un planning de estudio priorizando los contenidos más complejos para el principio, cuando estás con las fuerzas intactas. La materia que te gusta más o se te da mejor, déjala para las últimas semanas. El mismo criterio de más difícil a más fácil aplícalo para la distribución del trabajo y la planificación de los descansos en cada jornada de estudio.
2. Consensua con tus familiares, amigos o personas con las que convives los horarios de estudio
En principio, el consejo más habitual a la hora de estudiar en verano es que estudies por la mañana y así dispongas de las tardes para hacer actividades más lúdicas. Pero, también debes contar con que el ritmo de tu círculo de personas encaje en esa dinámica. De nada te sirve tener libre de 18 a 20 horas si esa es la jornada de trabajo de los amigos con los que podrías quedar o ponerte a estudiar de 9 a 11 de la mañana que es justo cuando viene la persona que os ayuda con las tareas domésticas, con el ajetreo y ruido que eso conlleva.
3. Fines de semana largos
Si realmente cumples tu planificación, basta con que estudies de lunes a jueves. Así tienes una sensación de descanso más largo, en la que puedes acoplar viajes o escapadas juntando esos tres días de fin de semana.
4. Ponte pequeños objetivos, a corto plazo, con recompensas si los cumples.
Todos nos esforzamos con más énfasis si obtenemos resultados que podemos disfrutar. Por ejemplo, si cada semana demuestras que has adquirido los conocimientos previstos, regálate un día de playa, una cena en tu restaurante favorito, una noche en un hotel con encanto. Reserva un detalle más importante para disfrutarlo al final de las vacaciones, una vez que tengas los objetivos cumplidos.
5. Sé flexible y constante a la vez.
Si eres riguroso con tu plan semanal de estudio, puedes saltártelo de vez en cuando, sin tener cargo de conciencia.
De verdad que estudiar en vacaciones también tiene algunas ventajas, aunque así, de primeras no te lo parezca. Aunque no se suele reparar en ellas. Es un tiempo de relax, en el que los niveles de estrés suelen ser menores. Y, permite que el regreso a la actividad normal sea menos traumático porque hemos mantenido un ritmo y unos hábitos de trabajo.
Si encima hemos alcanzado las expectativas que nos propusimos, afrontaremos esa vuelta a la rutina con la mejor disposición y el ánimo reforzado. Unos consejos infalibles para estudiar en vacaciones, estos que hemos desgranado, que sólo pueden traernos secuelas positivas. ¡Disfruta las vacaciones y los resultados del trabajo bien hecho!