6 hábitos de estudio que todo buen estudiante debe poseer

Sea cuál sea tu circunstancia como estudiante, todos los expertos coinciden en señalar que resulta decisivo tener unos correctos hábitos de estudio para alcanzar nuestros objetivos. ¡Ojo! En esta ocasión no nos estamos refiriendo a las famosas técnicas de estudio, que evidentemente también son esenciales. Hablamos de esa rutina de trabajo establecida a lo largo de los años, adquirida a través de la práctica. Esos hábitos de estudio que todo buen estudiante debe poseer. Si no es tu caso, no te demores ni un minuto para empezar a ponerlos en marcha.


Lo ideal es que este conjunto de conductas que un estudiante debe realizar con regularidad, lo hayas ido asimilando paso a paso, incorporándolas progresivamente en las distintas etapas educativas. Pero, nunca es tarde si hay voluntad de aprender. Al final se trata sólo de acostumbrarte a una metodología de trabajo constante. Lo bueno de la rutina, es que llega un momento en que se hace de forma inconsciente, sin ningún esfuerzo por nuestra parte. Hay más variables, pero estas que te presentamos son las imprescindibles.

¿Cuáles son los hábitos de estudio de un buen estudiante?

¡Cuidado! Esto de los hábitos de estudio tiene una cara positiva y una negativa. Si los que adquirimos son erróneos, después resultará muy difícil deshacernos de ellos. Eso refuerza aún más la necesidad de incorporar los que son verdaderamente útiles.

  • Este punto es uno de los asuntos que siempre se reiteran al hablar de estudio, prueba de su importancia. Debes aprender a hacer tu propio planning de estudio por varias razones: sólo tú conoces todas tus circunstancias, el compromiso debe ser contigo mismo, las reglas impuestas desde fuera son más difíciles de aceptar, debe haber un margen de flexibilidad ante imprevistos.
  • El estudio empieza en clase. No olvides que tan importante como lo que haces en casa es tu actitud en clase. Presta atención, toma apuntes y, sobre todo, pregunta y participa. Tienes que asegurarte de aclarar tus dudas antes de sentarte a asimilar esa información.
  • El dónde también influye. Elige bien el espacio en el que te vas a poner a estudiar. Un espacio luminoso, cómodo y que te permita concentrarte es el ideal, como ya sabes de sobra. Pero, ahora vamos a sorprenderte con este matiz. Según los expertos, conviene que haya una cierta alternancia de los lugares de estudio. Llega un momento que permanecer siempre en el mismo sitio puede bloquearnos. Pero... ¿Estudiar en casa o en la biblioteca? Intercala, sesiones de estudio en casa con bibliotecas o, incluso, jornadas en casas de compañeros.

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  • Horarios estables. Tú verás qué momentos son los más productivos para ti, pero es cierto que intentar estudiar a las mismas horas siempre que se pueda facilita ese establecimiento del estudio como una rutina natural. Igual que nos levantamos o comemos más o menos a la misma hora y nuestro cuerpo se acostumbra, así pasa con la mente respecto al estudio.
  • La lectura comprensiva. Se ha comprobado que las dificultades de aprendizaje de muchas personas tienen que ver con su falta de comprensión de lo que leen. Acostúmbrate a leer despacio y entendiendo todo. Hay que pararse en cada momento que no entendemos una palabra o idea y no avanzar hasta que lo tengamos claro.
  • Mente sana en cuerpo sano. Imposible poner la atención necesaria al estudio si tenemos hambre, estamos cansados o incómodos. Una buena alimentación, un sueño reparador y algo de actividad física para activarnos son tan importantes para crear un buen hábito de estudio como unos buenos apuntes.

Estos hábitos de estudio que todo buen estudiante debe poseer deben complementarse con una actitud positiva y automotivadora. Para reforzarla, no olvides ponerte pequeñas metas con sus correspondientes recompensas, ¡esforzarse te hace salir ganando!