Si se confirma el rumbo de los últimos meses en materia de oferta de Empleo Público, no es de extrañar que cada vez sean más las personas que se plantean presentarse a unas oposiciones. Una excelente idea, pero que debe tomarse desde la reflexión y teniendo en cuenta estas pautas básicas para empezar a opositar. ¡Se trata de disponer de las mejores herramientas para triunfar!
Punto de partida imprescindible: has optado por un camino de esfuerzo. Aquí no hay medias tintas, tu apuesta es por un objetivo a medio o largo plazo que requiere de todas tus capacidades y voluntad de conseguirlo. Que este reto te motive para avanzar. Pero, como los inicios son importantes, verás que se aclara el camino después de conocer las pautas que te proponemos.
Consejos para empezar a estudiar una oposición desde cero
Seguro que a estas alturas has acumulado toda la información posible sobre cómo preparar unas oposiciones. Y lo normal es que hayas comprobado que las recomendaciones para preparar una oposición por primera vez son más que nada de sentido común. Arranca en tu aventura con paso firme y sin errores, siguiendo estas sugerencias:
1. Tu primer objetivo es elegir la oposición que más te interesa
Ya te avisamos que empezar a opositar no es tarea de unos minutos. Son muchos los elementos que debes valorar para no equivocarte. Hay verdaderos “tratados” sobre este tema, en los que se inclinan por la importancia de unos u otros aspectos. Nuestra recomendación es que entren todos en tu análisis: tu preparación previa, tu vocación, la dificultad objetiva de las pruebas, el ratio de participantes, la frecuencia de las convocatorias, el destino de las plazas… Cada uno de estos temas merece una reflexión seria y siempre desde tu perspectiva personal.
2. No olvides que eres un soñador
Ahora que ya sabes lo que vas a preparar, es importante que no te dejes arrastrar por esa imagen gris y rutinaria que existe sobre el mundo del opositor. La mente es tu herramienta más poderosa a la hora de estudiar, tienes que convencerte de que luchas en pos de un sueño. Ese matiz va a hacer más fácil abrir los libros cada día.
3. Haz cuentas
La cara más pragmática de la moneda, porque es absolutamente imprescindible que hagas cálculos realistas del coste económico que te supondrá preparar unas oposiciones. No sólo en lo que se refiere a comprar material o pagar una academia o preparador, sino lo que dejas de ingresar si te dedicas a tiempo completo a estudiar. No podrás concentrarte si tienes agobios por el dinero, ya te lo advertimos.
4. Olvida tu experiencia anterior como estudiante
Sea cuál sea tu nivel académico, en el momento de empezar a opositar hay una diferencia extraordinaria, no estudias cada día para pasar un examen o aprobar, lo haces para ser el mejor. En las oposiciones unas décimas arriba o abajo en la puntuación son la frontera entre el éxito y el fracaso. Incluso, una vez confirmado que estás entre los que han aprobado, el puesto que ocupes en esa lista será determinante para que puedas elegir la plaza que más te interesa.
5. Ante la duda, ¡lánzate a probar!
No serás el primero que, después de sopesar todos los datos, es incapaz de estar seguro al cien por cien de si quiere o no preparar unas oposiciones. Salvo que estés mucho más inclinado hacia el no, nuestro consejo es que lo intentes. En el peor de los casos, vas a vivir una experiencia muy interesante para tu futuro. Vas a ampliar el círculo de personas que conoces, profundizar en tus propias aptitudes y cualidades, conocer de primera mano el funcionamiento de unas oposiciones…
Todo el esfuerzo que realices no será improductivo, formará parte de tu bagaje vital y profesional. Ni que decir de su importancia si decides volver a presentarte a otras convocatorias.
Ahora que tienes estas pautas básicas para empezar a opositar, la decisión de intentarlo es sólo tuya. ¡A por todas!