¿Qué debes saber sobre la traducción de los proyectos de final de carrera?

No cabe duda de que hacer el proyecto de final de carrera es un hito importante en la vida de todo estudiante. Tras meses de investigación y sacrificio, por fin puedes dar el último paso en el largo camino de tu carrera universitaria. Una vez obtenido el título, no son pocos los que deciden estudiar un máster o algún tipo de MBA en el extranjero o se plantean incluso publicar su investigación. Es bastante probable que en estos casos te exijan una versión traducida de tu proyecto de final de carrera. ¿Lo sabías?

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Consejos para traducir un trabajo de final de carrera

Como es lógico, no puedes dejar la traducción de este trabajo, que tanto esfuerzo supuso, en manos de cualquiera. A continuación te explicamos qué debes tener en cuenta sobre la traducción de los proyectos de final de carrera. ¿Preparado/a?

1. Recurre siempre a profesionales

En primer lugar, es imprescindible acudir a traductores profesionales, especialmente a aquellos que posean un Curriculum Vitae específico como traductor. El hecho de dominar la lengua extranjera implicada en el trasvase no significa que se sepa traducir. Una misma idea no se expresa de la misma forma en distintos idiomas.

Así pues, si le confiamos la traducción de nuestro trabajo de final de carrera a una persona bilingüe sin formación, es bastante probable que el resultado esté repleto de lo que los especialistas denominan calcos. Es decir, que las estructuras propias del español se traducirán de forma literal a la lengua extranjera, aunque esa idea se exprese de otra forma.

La versión traducida, por lo tanto, carecerá de la calidad requerida en el ámbito académico. Sin embargo, esto no es lo único que debes tener en cuenta sobre la traducción de los proyectos de final de carrera.


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2. La especialización también es importante

Además de acudir a traductores profesionales, también es recomendable buscar uno especializado en la materia sobre la que versa el trabajo. Contar con formación en el ámbito en cuestión le permitirá comprender el contenido y, a su vez, garantizará la exactitud del vocabulario de especialidad empleado.

No te preocupes si no encuentras un especialista: un traductor profesional no especializado puede realizar un trabajo igual de bueno, aunque para ello tenga que buscar algo más de información.

Algunos podréis pensar: “Entonces le encargo la traducción a un experto que domine la lengua extranjera”. En este caso, el orden los factores también altera el producto. El experto en la materia con dominio del otro idioma no está formado en traducción y caerá en los mismos errores que la persona bilingüe sin formación. Aunque utilice con precisión la terminología especializada, corres el riesgo de que la traducción no dé la talla.

3. No te fíes de las tarifas extremadamente bajas

Aunque los precios no están regulados por motivos de competitividad, existen unas tarifas orientativas a las que se ciñen la mayoría de los traductores profesionales. Para conocerlas, bastará con consultar la página web de cualquier agencia de traducción. Si alguien te ofrece una tarifa por debajo de estos precios, empieza a sospechar. Es bastante probable que carezca de formación específica y sus servicios no vayan a estar a la altura.

Para evitar estos problemas, si no conoces a ningún traductor profesional, lo recomendable es contactar con una agencia de traducción. Ellos te asignarán de entre su cartera de colaboradores al traductor idóneo para el encargo. Ten en cuenta que, antes de entrar a la agencia, evalúan su trabajo, por lo que la calidad está garantizada. Esto es todo lo que debes tener en cuenta sobre la traducción de los proyectos de final de carrera.