Durante una sesión de estudio, son muchas las personas que no logran obtener la productividad deseada. En la mayoría de casos, este problema responde a deficiencias o patologías de la concentración. Al no poder focalizar toda su atención en su objeto de estudio, a estas personas les cuesta mucho tiempo y esfuerzo más poder aprender.
La concentración puede verse afectada por enfermedades, trastornos o conductas adversas, tales como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el consumo de drogas, o hasta simplemente la falta de motivación. En algunas oportunidades, estas patologías pueden incluso bloquear por completo la concentración.
Sin embargo, la concentración es una habilidad y por ello también existen ejercicios o estrategias para practicar diariamente que pueden mejorarla.
Conocer sobre estas patologías te hará tomar las medidas preventivas necesarias para que nada afecte tu productividad ante una oposición. La concentración es una de las herramientas más importantes de cada estudiante, por ello debemos sacarle su máximo provecho.