Estudiar es importante en la vida de una persona. Desde la etapa escolar, siempre se nos dice que estudiar es la clave para alcanzar el éxito. Pero, personalmente, ¿para qué estudiamos? Siempre es necesario contar con metas propias para motivarse y dedicarle más esfuerzo al estudio.
Desde la etapa escolar, mientras algunos alumnos estudiaban para sacar siempre un 10, otros lo hacían solo para aprobar la materia. Este es el primer ejemplo de las metas detrás del estudio. El estudiante que intentaba obtener un 10 lograba siempre un progreso. Tal vez empezaba con un 8, luego un 9 y finalmente el ansiado 10. El alumno que simplemente intentaba aprobar, no contaba con una motivación similar.
En este ejemplo se aprecia la importancia de siempre plantearse metas. Además, esto es importante en todas las fases de estudio. Estudiar para acceder a la universidad, estudiar para ser el mejor profesional, estudiar para obtener un mejor empleo, etc.
Estas metas generan mayor compromiso en el estudiante. De lo contrario, si un estudiante no cuenta con una meta, tanto a corto plazo como a largo plazo, es probable que su esfuerzo y dedicación sean menores.