Ni de lejos vamos a recomendarte que te dejes la preparación de un examen para la noche de antes. Nunca se insiste bastante en lo desastrosos que resultan los atracones de última hora. Lo que te proponemos son las mejores estrategias para estudiar más rápido. ¡Reducir tiempo, sin merma en los resultados!
Entender, el primer paso para estudiar más rápido
No eres una grabadora, el aprendizaje humano pasa inevitablemente por comprender lo que se estudia. Si te atraganta alguna materia o un aspecto concreto y quieres motivarte en el estudio, hay fórmulas para que consigas entenderlo:
- Menos abstracción y más conceptos de andar por casa. Con tus propias palabras redefine esa idea. Ponte ejemplos que puedas encontrar en tu vida diaria. Incluso, visualiza en una imagen que luego te sea fácil recordar.
- Ante la mínima duda, detente. Si se te queda confuso un detalle por pequeño que te parezca, la bola puede ir creciendo hasta que todo se haga incomprensible. A veces una parada es sinónimo de ir más deprisa.
- Ejerce de periodista. No te limites a una única fuente para contrastar la información que vas a estudiar. La que mejor se adapta a ti, esa es la que te interesa. Y complementar con datos relacionados o investigar en derivaciones de un mismo tema te aclara y, lejos de hacerte perder el tiempo, te hace avanzar a un ritmo mayor.
La memoria, un elemento imprescindible para estudiar más y mejor
Todo el proceso de trabajo previo se viene abajo si cuando entras en la fase de memorizar la información sientes que no avanzas. Para que tu cerebro asimile y almacene los datos más rápido, puedes combinar o elegir cualquiera de estas técnicas:
- El poder de la poesía. No te rías que está demostrado que es más fácil memorizar rimas. Así que, para esas definiciones más difíciles o ese concepto que no te entra a la hora de memorizar el temario de tu oposición o de esa asignatura más quisquillosa, prueba rimas sencillas, por ejemplo con verbos en participios o infinitivos.
- Estructura para que tu mente asimile más rápido. Agrupa por conceptos similares el contenido.
- El clásico, la mnemotecnia. Ya sabes, lo de una palabra formada por las iniciales de los términos que te tienes que aprender. No es novedoso pero funciona.
Y unos consejos extra para estudiar más rápido...
Estos son los que más te van a gustar, por originales y sorprendentes ¡ya verás!:
- Diviértete. Que sí, que estudiar puedes ser divertido. Si se te da bien dibujar, ¿por qué no montas un cómic que describa como una historia lo que tienes que memorizar.
- Cuántos más sentidos uses, antes y mejor asimila tu cerebro la información. Al menos tienes dos que es fácil compaginar: la vista y el oído. Grábate y reproduce ese contenido todo lo que puedas. ¿Sabes que el olfato es uno de nuestros agentes memorizadores más potente? Sería perfecto poder ligar un aroma a un concepto, no se te olvidará nunca… y refuerza esa idea anterior de divertirte estudiando.
- Dale novedades a tu mente. Cambia de lugar de estudio, usa colores para subrayar tus apuntes, gráficos, estrena rotuladores o cualquier otro material. Resulta que nuestra memoria es curiosa y se despierta, se pone a máxima potencia, retiene más y más rápido.
- El twitter de los apuntes. Nuestro cerebro es más productivo si primero le presentas las líneas generales y de ahí le haces descender a los detalles. Por eso, te proponemos la misma norma que usa esta famosa red social, en esta ocasión para resumir cada tema en 140 caracteres.
Lo dicho, no se trata de rebajar la calidad de tu esfuerzo. Al contrario las estrategias para estudiar más rápido son un excelente herramienta para optimizar tu trabajo. ¡El menos es más aplicado al estudio, no a las calificaciones!