Para recordar con más facilidad una serie de conceptos podemos asociarlos con una ruta o un circuito. De esta manera, podremos ir literalmente “avanzando” en nuestro texto y recordando cada una de las paradas que habremos realizado.
Después de la lectura de un texto podemos identificar una serie de temas centrales, cada uno específicamente importante para luego poder comprender a cabalidad el siguiente. Esta estrategia propone que un texto será un recorrido por el cual nosotros transitamos y cada una de estas ideas importantes será una parada.
Imaginemos que cada línea del texto es una autopista por la que vamos circulando. Cada concepto importante es un lugar de ese circuito en el que nos detenemos para conocer más sobre él. De esta manera, nos será más sencillo recordar un circuito con lugares de interés que un texto con conceptos difíciles de comprender y recordar.
Para que esto se vuelva más sencillo podríamos equiparar el texto con un recorrido real al cual estemos habituados. Así, cada lugar específico en el que nos detenemos habitualmente será un concepto determinado. De esa forma nos será mucho más sencillo poder recordar.