Un estudiante u opositor siempre debe estar en el máximo de sus condiciones físicas para rendir siempre de la mejor manera. Por ello, debe consumir siempre una dieta balanceada y, a su vez, también debe evitar una serie de productos, entre los cuales destacan el alcohol y el tabaco.
Los estudiantes suelen pensar que el tabaco ayuda a la concentración, aunque esto realmente es una gran equivocación. El consumo de tabaco reduce la oxigenación de la sangre. Esto afecta el funcionamiento del cerebro, produciendo una menor claridad mental.
El alcohol tampoco es un buen acompañante para estudiantes u opositores. Por ello, quienes busquen alcanzar su mayor rendimiento mental deberán reducirlo al mínimo o suprimirlo. Las bebidas alcohólicas, así se tomen moderadamente, producen somnolencia y afectan el rendimiento de los estudiantes.
Por estas razones, un estudiante no debería exponerse al riesgo que representa beber alcohol o consumir tabaco. A pesar de que este consumo sea en cantidades leves, de todas maneras, el rendimiento sufre algún deterioro.