Por lo general, cuando estudiamos durante largas horas empezamos a notar que cada vez resulta más difícil mantenernos concentrados. Esto se debe a que nuestra concentración no es constante, tiene periodos de auge y también declives. Por ello, no necesariamente estudiar por más tiempo implica mejores resultados.
La concentración es una capacidad mental que padece altibajos. A veces podemos alcanzar un nivel máximo de concentración, donde nada puede interrumpir nuestro estudio, sin embargo, en otras ocasiones se nos vuelve casi imposible concentrarnos.
Las investigaciones han demostrado que el periodo en que la concentración se mantiene en estado óptimo para el estudio puede durar hasta 40 minutos. Más allá de ese tiempo, nuestra capacidad de concentración se reduce considerablemente y empezamos a caer fácilmente en distracciones.
Por este motivo, es recomendable estudiar durante sesiones de hasta 40 minutos para luego descansar por breves periodos. Este descanso servirá para que nuestra mente se reponga y podamos volver a alcanzar el estado óptimo de concentración rápidamente. Solo así podremos aprovechar al máximo nuestro tiempo de estudio.