La respiración puede ser un aliado en la lucha contra el estrés. Ya sea porque estamos acostumbrados a respirar de manera inadecuada, o porque simplemente necesitamos relajarnos un poco, la respiración es una herramienta sencilla para acabar con el estrés.
Es habitual que, sin darnos cuenta de ello, estemos acostumbrados a respirar de manera inadecuada. Una mala respiración responde a la costumbre de respirar superficialmente. Esto puede no ser suficiente para llevar el oxígeno necesario a todas las partes del cuerpo.
Por ello, si una persona empieza a sentir ansiedad, enojo o algún otro rasgo característico del estrés, es recomendable que cambie su modo de respiración. En estos casos, una respiración pausada y profunda pueda ser la solución a estos inconvenientes.
Además, la respiración también es una estrategia exitosa de relajación. Así, el cuerpo se tomará una pausa que le será útil para recuperar energías y poder continuar con más ganas en su trabajo.