En algunos procesos selectivos, como por ejemplo en las oposiciones a la Unión Europea, los candidatos que superan la fase de oposición quedan inscritos en una lista de reserva a la que recurren diferentes instituciones en función de sus necesidades. Es decir, el objetivo de estos procesos de selección en la administración pública no es cubrir una determinada plaza, sino constituir una lista de reserva para satisfacer las necesidades de contratación que vayan surgiendo con el paso del tiempo. Los opositores que obtienen las mejores puntuaciones tras la fase de evaluación de los méritos pasan a integrar la correspondiente lista de reserva.
El organismo convocante de cada proceso selectivo es el encargado de establecer los requisitos básicos de acceso y permanencia en las listas de reserva, por lo que deberás leer con atención las bases de la convocatoria y asegurarte bien de cuáles son dichas condiciones. Asimismo, podrás saber la validez de las listas de reserva, puesto que en algunos casos pueden tener una validez de hasta tres años, o bien, pueden prorrogarse en función de las necesidades de cada institución.