No es ningún secreto: muchos funcionarios que han trabajado o trabajan para la Administración Pública son, además, preparadores de oposiciones; incluso algunos de ellos forman parte de la plantilla de alguna academia especializada. ¿Pero hasta qué punto es lícito ser funcionario y preparador de oposición al mismo tiempo? ¿Estamos ante una incompatibilidad de los funcionarios públicos o ambas tareas se pueden compaginar de manera legal? La respuesta es afirmativa: sí, se puede ser funcionario y preparador a la vez, pero siempre que se cumplan unos requisitos muy específicos.
¿Hasta qué punto es incompatible ser funcionario y preparador de la oposición?
Según la ley del funcionariado, un empleado público en activo puede dedicarse a la preparación de las oposiciones siempre y cuando informe de su actividad económica a la Administración Pública y declare sus ingresos con las retenciones pertinentes, como cualquier otro trabajo.
Esto significa que si no has informado de tu fuente de ingresos paralela, no has declarado lo que percibes a Hacienda y, por lo tanto, estás cobrando tus ingresos en negro, sí estarías incurriendo en una situación de ilegalidad que puede ser denunciable y expedientable.
Desgraciadamente, esta situación está poco regulada en nuestro país, y no son pocos los casos de funcionarios (especialmente de los cuerpos jurídicos) que están en contacto directo con los responsables de las pruebas y que incluso pueden llegar a formar parte del Tribunal de la misma oposición que preparan. Algunos de ellos alegan que si se dedica menos de 70 horas a la formación no hay que pedir autorización a la Administración Pública, pero siempre se recomienda que se solicite la autorización pertinente.