Los nervios y el estrés pueden pasar factura en los exámenes, y por lo tanto son uno de los enemigos más temidos para cualquier estudiante. Si un ataque de ansiedad puede echar al traste el asunto más importante para el que nos hayamos preparado, en el caso de un examen es determinante. Por más consejos que se lean, ninguno estamos libres de que nos ocurra. Estas técnicas de relajación para no perder la calma en un examen son la ayuda que necesitamos.
Eso sí, ya te lo advertimos. La cosa no va de que las leas y las dejes en un rincón por si acaso. Sólo conseguirás resultados si las dominas. Y, para eso no hay otro camino que practicarlas. Cuanto más, mejor. O sea, que ya estás utilizándolas en cada situación que notes como tus nervios se alteran un poco. Son unos minutos de nada que pueden ser tu salvavidas.
¿Cómo relajarse en época de exámenes?
Como previa, recordarte que hay dos aspectos que debes cuidar siempre, pero aún más cuando estás en época de estudios: el descanso y la alimentación. Evita los excitantes y las comidas pesadas o difíciles de digerir, mientras aumentas la ingesta de frutas y verduras -tan ricas en vitaminas o minerales que te hacen falta- o preparas alguna de las infusiones que mejorarán tu concentración al estudiar. Respecto al sueño, no te saltes las 8 horas mínimas de descanso imprescindibles para que tu cerebro se recupere.
Sin más, nos centramos ya sí en las mejores técnicas de relajación para controlar los nervios ante un examen. ¿Preparado/a?
1. Confianza y pensamiento positivo
Al final el origen de los nervios es siempre la inseguridad, el miedo a no alcanzar un objetivo. Aprende a confiar en ti. Basta con cerrar los ojos, mantener una respiración profunda y lenta, mientras nos visualizamos haciendo el examen, tranquilos y sin miedos. Imagina que terminas la prueba y disfruta esa sensación de relajación que te proporciona el trabajo bien hecho.
2. No dejes nada a la improvisación
La preparación de un examen debe incluir una simulación, lo más real posible, de lo que será ese momento. Puedes ayudarte de una persona de confianza que te haga las preguntas o actúe como examinador. Como estudiante tienes la práctica suficiente para saber cuáles serán tus sensaciones. De lo que se trata es de que trabajes para superarlas, para no permitir que te dominen tus emociones.
3. Práctica y control
Insiste en dominar fórmulas para mejorar tu dominio de la ansiedad. Aunque no te des cuenta, estás en un estado de nervios por encima de lo habitual mientras preparas un examen. Intenta reconocer ese estado nervioso y las reacciones de tu cuerpo ante la ansiedad. Una vez identificadas, cuantifica los distintos niveles de ansiedad, numerándolos mentalmente de 1 a 10. Concéntrate en tu respiración, inhalando y exhalando lo más despacio que puedas, mientras vas imaginando cómo baja la graduación de tus nervios, como si la vieses en un termómetro.
Consejos para evitar los nervios durante un examen
El momento clave del examen, sin precipitaciones. Ya estás sentado frente al papel con las preguntas de tu examen. Tienes tiempo de sobra para realizarlo, así que, antes de coger el bolígrafo, dedica unos minutos a respirar en profundidad, pon en marcha tus pensamientos positivos y date los ánimos finales.
Es el momento de revisar con calma las instrucciones, leer el examen completo y distribuir mentalmente el tiempo que tienes, proporcional a la dificultad y extensión de cada pregunta. ¿Ves todo lo que hay que hacer antes de ponerse a volcar todos tus conocimientos? Sin prisas, ahora sí, empieza a redactar, priorizando los asuntos más complejos y dejando los que más dominas para el final. Según vas avanzando, notarás como tus nervios ceden presión.
Como punto final de estas técnicas de relajación para no perder la calma en un examen, sólo queda que recuerdes que sea cuál sea el resultado, no es el fin del mundo. ¡Siempre habrá otras oportunidades!